9. La fiesta de bienvenida

La fiesta de bienvenida universitaria era, para muchos, el evento más esperado del mes. Los estudiantes de primer ciclo estaban emocionados; era la oportunidad perfecta para hacer conexiones, dejar atrás las tensiones de los primeros días y, con suerte, encajar en algún grupo. Para Binna, sin embargo, la idea de asistir le provocaba ansiedad más que entusiasmo.

Janice y Miranda han tratado de convencer a Binna para que vayan a la fiesta de bienvenida para los estudiantes que recién han empezado la universidad, ella se ha negado completamente, porque siente que no va a encajar en ese lugar.

Ellas insisten en decirle que no debe mostrar miedo, que quiera o no si quiere ser exitosa, tendrá que vivir rodeada de personas igual de orgullosas que las hermanas Milano y tendría que hacerles frente, hasta Janice le ha ofrecido darle un vestido que nunca ha estrenado porque siente que no le combina y cree que se verá maravilloso en la joven de ojos rasgados.

- "¿Pasa algo, Binna?", preguntó Sia. "Te escuché hablar con tus amigas, si quieres ir a la fiesta no hay problema, puedes ir y me avisas para recogerte, no me gustaría que andes sola de regreso", agregó.

- "Nunca he ido a una de esas fiestas, y si hay gente tomando o qué sé yo", expresó Binna, no podía decirle a su madre, que se sentía muy insegura, esas personas de familias adineradas eran muy soberbias.

- "Tú aún eres menor y no tomas, y si empieza a ponerse raro todo me llamas y voy por ti, no es que me fascine que vayas; pero el mundo real está ahí afuera y debes empezar a afrontarlo, un par de horas y te vas; también habrá profesores, en dos semanas cumples dieciocho y deberás saber que como adulto deberás afrontar muchas cosas sola", comentó Sia, sabe que no puede mantener a su hija encerrada, además nunca se divierte, se preocupa que siempre parece preocupada por todo y no disfrute cada etapa de su vida.

Binna sonríe, no quiere preocupar a su madre, son varias semanas que la ha visto muy feliz, enamorada y soñando con un futuro que antes no se atrevía a decir. Se dice a si misma que debe enfrentar la vida, y que solo estará poco tiempo en la fiesta para salir de una vez de ese momento incómodo.

Sia le sonrió.

- “Confío en ti. Pero ten cuidado, ¿sí? No aceptes nada de extraños, ni bebidas abiertas”, dijo Sia. Binna asintió. Su madre siempre tenía ese instinto protector, y esta vez, algo en sus palabras le quedó rondando.
- “No te preocupes mamá y no tienes que molestarte en recogerme, tomaré un taxi seguro, has tenido días muy agotadores y debes descansar”, manifestó Binna.

Cuando llegó el día, Binna estaba lista, sus amigas Janice y Miranda vinieron a recogerla, le dio a su madre la dirección y partió dibujando una sonrisa en su rostro.



Sus amigas piensan que luce muy hermosa, pero cuando sube al automóvil la seriedad inunda su rostro. La joven no estaba muy segura de asistir, un extraño presentimiento la rondaba, como si un peligro la acechara, solo que no sabe cómo explicarlo.

- "Cambia esa cara, parece que vas a un funeral y no a una fiesta", dijo Miranda.

- "Ustedes insistieron y voy a pasar el rato, pero ya saben cómo son varios de los compañeros, la verdad espero que no salgan con alguna tontería", comentó Binna frunciendo el ceño.

- "Disfrutemos las tres e ignoramos a los pesados", expresó Janice con una sonrisa.

Las tres se miraron y sonrieron, al final de cuentas probablemente la mayoría las ignoraría, sus habilidades eran más evidentes en lo académico que en lo social, así que ser ignoradas en lo demás es algo con lo cual ya se habían acostumbrado.

La fiesta se celebró en una casa enorme, alquilada por uno de los estudiantes de tercer año. Había luces de neón, música fuerte y gente por todos lados. Algunos ya estaban en evidente estado de ebriedad cuando Binna, Janice y Miranda llegaron.

En la fiesta, las hermanas Milano estaban mostrando sus atuendos en su máximo esplendor, se habían empeñado en ser las chicas más hermosas de la fiesta. Pero tienen un problema, los chicos que más les interesan están al lado de Harry Salazar, y ya las había despreciado en dos oportunidades.

- "No entiendo por qué actúa de esa manera, será como los niños de primaria que tratan mal a las niñas que le gustan", dijo Franchesca.

- "No creo que le gustes, Harry, es inconquistable, muchas han caído en sus redes, pero todas han sido aventuras pasajeras, si estuviera interesado en ti, ya te hubiese invitado a salir, no es de rodeos", afirmó Clara Lara, con actitud antipática.

Por otro lado, Harry toma una lata más de cerveza mientras da una mirada panorámica a todo el lugar.

- "Se nota que le gustas a Franchesca Milano, no entiendo por qué la tratas mal, está muy guapa, no creo que sea difícil que la convenzas y tengas un buen polvo", afirmó Jeremy Palermo.

- "Es muy bonita, pero no me gustan las complicaciones, alguien como ella pretenderá que sea su juguete. Y la verdad para los dramas no sirvo; con lo hueca que es, pensará que quiero algo serio, y lo mío es pasar el rato", manifestó Harry.

- "Harry, sabes que tarde o temprano tendrás que escoger a una chica para algo serio, acaso esperarás a que seas viejo. Además, tú y yo sabemos, que no has llegado completamente a hacer todo con la mayoría de las chicas con que has salido", dijo otro de los chicos.

- "Tengo dieciocho años, no quiero complicaciones, al final de cuenta ellas al igual que nosotros nos ven como unas piezas que hagan más juego que las inversiones", comentó Harry.

- "Bueno chico, llegó el momento de acercarme a mi presa de esta noche, tiene estampada la palabra virgen en la frente y yo no la puedo dejar pasar", expresó Jeremy mirando a Binna, quien estaba conversando con sus amigas y bailando entre ella.

- "¿La becada?", inquirió otro joven.

- "Yo no discrimino, un polvo con una virgen no se desprecia", aseveró Jeremy, para alejarse del grupo y acercarse a Binna.