Hospital

— Es usted familiar del paciente?  — me preguntó la enfermera cuando pedí información sobre Emilio.
— Sí, bueno no, pero quizás soy la persona más cercana a él en éste país, él es canadiense, su madre llegará en cuanto pueda,— me miró sorprendida y se apresuró a revisar los expedientes — podría decirme qué es lo que le pasó.
— Entonces es un extranjero. Que tipo de parentesco tiene con él? Es una situación delicada, necesito algunas firmas y vendrán del ministerio público para hacer una investigación.
— Investigación de qué? Que le pasó? — Todo indicaba que algo grave había sucedido y comencé a temer por su vida — Soy su prometida — mentí — no tiene a nadie más aquí.
— Está bien señorita, usted se hará responsable por él mientras llega algún familiar más cercano?
— Sí — afirmé.
— Entonces necesito su identificación y su firma por favor — me entregó un documento y un bolígrafo — ésta mañana se atendió una llamada de emergencia donde reportaron a un hombre inconsciente tirado a la orilla de la carretera con múltiples heridas — dijo mientras yo firmaba y por algún motivo sentí que se me desgarraba el alma solo de imaginarlo y comencé a hiperventilar.
— Necesito que trate de estar tranquila, ya controlaron una pequeña hemorragia pero debe ser operado, tiene varias fracturas, se creía que lo habían atropellado pero todo indica que fue víctima de violencia — Poco a poco fui controlando mi respiración después de escuchar lo que ella decía.
— Quiero verlo — sé que sonó a súplica — por favor, déjeme verlo. — Ella me miró y noté compasión en su mirada. 
— Sígame por favor, el paciente aún está en terapia intensiva, y de ahí se le llevará a quirófano. — Se detuvo en una pequeña bodega. Me pidió que dejara mi bolso y me pusiera una bata y accesorios de protección sanitaria. Después me llevó al área donde lo tenían pero me dijo que solo podría verlo a través del cristal.
Ahí estaba él, fue horrible la sensación que me invadió al verlo. Se miraba tan tranquilo en esa camilla de hospital, como si estuviera durmiendo pero su cuerpo estaba muy lastimado. 
— Tiene suerte de seguir vivo — dijo la enfermera y lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Era la persona que yo más había despreciado pero nunca le había deseado ningún mal que pusiera en riesgo tu vida. 
Me pregunté quien podía haberle hecho aquello y aunque tuve una ligera sospecha sabía que la extraña personalidad de Emilio seguramente le había hecho ganar más de un enemigo.
— Tiene que regresar a la sala de espera señorita, aún hay algunas cosas que firmar.
— Hay forma de llevarlo a un hospital privado? — pregunté ya que se encontraba en uno público.
— No se recomienda trasladarlo en éste estado, ya verá que todo saldrá bien, no somos un hospital privado pero está en buenas manos. 
Regresamos a la recepción y despues de firmar me quedé en la sala de espera. Llamé a Liam para decirle lo que había pasado, acordaron que se quedara en ese hospital hasta que llegara la madre de Emilio y mi cuñada que había decidido acompañarla al saber lo que había sucedido. 
Entonces llamé a Óscar, no parecía sorprendido cuando le di la noticia. 
— Dime que no tuviste nada que ver — le dije.
— Lo siento Juli, el no iba a dejarnos en paz — sentí que un nudo se formaba en mi garganta.
— Sé que lo que él hizo estuvo mal pero   ésta no era forma de solucionarlo, casi lo matan, estoy en el hospital y van a venir del ministerio público, qué se supone que debo decir.
— Que no sabes nada Juliette, no voy a decirte a quienes le pagué para que lo golpearan.
— Mierda Óscar, ésto está mal, se que estás molesto por lo que pasó ese día pero tu no eres así, por eso me enamoré de tí, porque no eras igual que él, pensé que sabías enfrentar los problemas sin lastimar a nadie 
— No tienes idea de lo que se removió en mí cuando estuve encerrado en esa cajuela, no puedo calmar mi coraje Juli, no se si podré volver a ser el mismo.