Encuentro

No supe como reaccionar al ver a Óscar, una parte de mi se alegró de que fuera libre pero fue inevitable que la preocupación me invadiera.

— No te alegra verme? — Preguntó.

— Sí, es solo que sabia que aún te faltaba un mes para salir — le dije.

— Logré salir antes y quise venir a verte — se miraba tranquilo, parecia no tomar en cuenta todas las veces que yo fui a visitarlo a prisión y él no salió — No me das un abrazo? — Entonces me acerqué para darle un pequeño abrazo.

— Yo también quise verte muchas veces — sé que sonó a reclamo.

— Yo no estaba bien Juli y bueno, tú me delataste.

— No tuve otra opción, tuve que decir la verdad.

— Lo sé — se hizo un pequeño silencio y de pronto Brian comenzó a llorar un poco y yo comencé a mover la carreola para arrullarlo.

— De quién es ese niño? — dudé en reponder porque no sabía si él tenía idea de que Emilio vivía en el mismo edificio.

— Solo le ayudo a alguien a cuidarlo — respondí y él se asomó para ver al pequeño, se sorprendió al ver que era un niño especial pero aún así lo sacó de la carreola y lo cargó.

— He imaginado muchas veces como sería nuestro bebé — removió viejos sentimientos de dolor que yo mantenía ocultos.

— A qué viniste? — Intenté acelerar la conversación porque calculé que faltaba poco tiempo para que Emilio, Ana y la enfermera regresaran.

— Vine porque te extraño— colocó a Brian nuevamente en la carreola — sé que actúe mal pero quiero que estemos juntos sin que nada se interponga entre nosotros — dijo y yo intentaba armarme de valor para decirle que aunque siempre guardaría un lugar especial para él en mi corazón, me había enamorado de alguien más — Tú ya no quieres? — arrugó ligeramente el entrecejo al notar que tardé en responder.

— Casi le arrebatan la vida a Emilio, no he superado eso y han pasado muchas cosas desde entonces.

— Qué cosas Juliette? Ya no me amas? 

— No de la misma forma que lo hacía, no sé como podría estar con alguien que está dispuesto a lastimar a otros, yo nunca imaginé que fueras capaz de algo así.

— Él se lo merecía, siempre se ha entrometido en donde no le corresponde, espero que haya aprendido a no meterse conmigo — se justificó.

— No te arrepientes de lo que hiciste? — lo miré a sus bellos ojos y me di cuenta que ya no irradiaban calidez sino rencor.

— Por qué tendría que hacerlo? Al principio sentí un poco de remordimiento pero me di cuenta de que es la única forma de arreglar las cosas. Así lo hizo él, así lo hace mi padre y yo simplemente era él débil al que todos subestimaban.

— No eras débil, me gustaba tu forma de ser — solté con sinceridad.

— Tal vez fuiste la única que pensaba así, por eso me enamoré de tí porque nunca te dejaste intimidar por ellos. Espero que puedas perdonarme, yo ya tengo claro lo que debo hacer y quiero que estés conmigo. — Intentó tomar mi mano.

— He cambiado Óscar, fui sincera cuando estuve contigo, te amaba y deseo que seas feliz pero no puedo regresar contigo. 

 — Conociste a alguien más? — No respondí y esquivé su mirada — En serio Juliette, tan rápido me reemplazaste? — hizo un gesto de disgusto — mira, puedo tolerarlo, estabas confundida y yo no actúe como tu esperabas, déjalo y podemos intentarlo. 

Mientras lo escuché miré hacia el otro lado de la calle y noté que dos hombres en una camioneta lujosa al otro lado de la calle nos observaban. Tuve la sospecha de que le acompañaban a él.

 Entonces me di cuenta de que decirle que Emilio era la persona de la cual me había enamorado nos metería en graves problemas.

— Voy a irme Óscar, regresaré a la Huasteca. No quiero estar con nadie por el momento — le dije.

— Mierda Juliette, siempre tienes pretextos para estar conmigo — comenzó a alterarse.

Mientras intentaba pensar que mas decir para que desistiera y se marchara vi acercarse el auto de Ana, intenté hacerles una señal para que no se detuvieran frente al edificio pero no lo comprendieron. Al verlos salir del auto el rostro de Óscar se llenó de ira.