PRÓLOGO

“NO TENÍA MIEDO A LAS DIFICULTADES., LO QUE LA ASUSTABA ERA LA OBLIGACIÓN DE TENER QUE ESCOGER UN CAMINO: ESCOGER UN CAMINO SIGNIFICABA ABANDONAR OTROS.”
 

Y ese día, Nicci lo supo. 

Se encontró con el frío y triste rostro del hombre que más amaba y lo entendió. 

Entendió que no todas las historias de amor tienen un final feliz; y que no todas las promesas son eternas.  

Fue difícil asumir que el momento de alejarse había llegado, pero lo enfrentó. 

—Debemos hablar —fue lo que dijo él, bajando la mirada—. Quiero el divorcio. 

Pero ella lo conocía tanto, que sabía cuándo mentía. 

Había aprendido a leer cada emoción que expresaban sus ojos oscuros, y ahora intuía que le estaba mintiendo. 

Que lo último que Rashid Ghazaleh quería, era separarse de ella. 

Y Nicci Leombardi estaba segura, lo amaba demasiado... Tanto, que no lo dejaría ir; no sin antes luchar.