LIII

DRU

Me hago a un lado y visualizo a todos, Arcángel les cuenta de como conocio a Jack Frost hasta que Grecia le pregunta algo que me da curiosidad y me quedo estático.

-El líquido de la estrella, había una que te convierte en mortal.

-Sé que la tomaste- Jack mira Alicet- no tienes por qué avergonzarte, la estrella esta bendecida y tendrás un vida fructífera junto a tu marido, además de hijos que alguno puede salir bendecido. Como alguna rencarnación ya que existe- mira Grecia- tomaste una estrella de la navidad cerca de mi casa, de mi hermosa cabaña. Cree esa estrella para mi, por si algún momento de mi vida la necesitaría. Yo escribí también los pergaminos mágicos que hablaban de ella y bueno con el paso del tiempo se perdieron y supongo que un ángel los encontró- termina diciendo.

Vaya. Jack y Grecia continúan su charla. Todos están ensimismados con las historias hasta que salgo al jardín y miro al hijo pequeño de Francis junto a la bebe. Me hago a un lado y salgo volando por los aires hasta llegar al más alla del cielo, donde nadie puede vernos y ver a muchos ángeles en sus ocupaciones, visualizo a uno y es Ramón que está batallando.

Interrumpo y le saco de ahí.

-Pero que te pasa Dru- se zafa de mi- acaso no viste que estaba entrenando y en una buena pelea con Caleb- regreso a verlo y me señala para que también entrenemos juntos como revancha por interrumpirle en su pelea y desaparece de mi vista.

-No es para tanto rulitos- Ramón es físicamente de mi estatura, cabello crespo y café oscuro con una cara cuadrada y cachetes chupados. Y se que le gusta romper normas.

-¿Qué es lo que quieres?- pregunta poniéndose las manos en las caderas.

-Puedes ir a una mansión y ver como esta hoy una elfa.

-¿Una elfa?- pregunta confundido, el desconoce toda la situación por la que estoy pasando con el grupo- escuche bien- dice, haciendo movimientos con su mano junto a su oído.

-Si, escucha lo haría yo, creeme pero no puedo aparecerme frente a ella.

-¿Porque?- rayos porque pregunta tanto.

-Porque….. porque mis padres me están vigilando y no puedo acercarme a ella- me destapo. Esa es la verdad mis padres no quieren que mi destino sea una elfa, aunque no es así y no puedo decirles la verdad. No me dejaran involucrarme con alguien que no es un ángel. Arcángel no sabe eso, más bien nadie excepto ahora Ramón- por favor- le ruego.

-Está bien, dime dirección y como es físicamente. Y que quieres que haga.

-Que veas como esta, que hace- me señalado el pecho- porque siento que algo pudo pasarle - active mi conexión con Oneday para así sentirla. Sé que ha estado sufriendo por situaciones dolorosas y que no estado para ella. Pero cuando me escuche espero que las cosas cambien.

-Bien.

Asiento con la cabeza. Ramón desaparece, me volteo y miro a Diocles con los brazos cruzados. Y no puedo maldecir en los cielos.

Se acerca y pongo mis brazos atrás de mí.

-Eso era lo que pasaba – no es una pregunta más bien una afirmación- tus padres se oponen.

-Si- es lo único que digo.

-Pero tú ya eres mayor, muy mayor para decidir tu destino. Más bien sientes algo por Oneday porque si no es así, es mejor no lastimarla.

-Si siento algo por ella, porque crees que fui a conocerla cuando se convirtió en elfa. Me acerque a ella para saber cómo era en persona, terminamos siendo amigos, pero yo caí, me enamore de la hija de la señora Potter y mis sentimientos se ocultaron y se lo di a ella, Katie. Murió por leucemia, yo estaba herido. Entonces desaparecí. Hasta que Iris vino a mí y me conto la situación Oneday, soy un tonto, lo sé. Lo sé. Y todo volvió a comenzar Diocles, todo se desmorono. Y yo también me siento estresado porque no logro disfrutar nada.

-Dru- me acerco abrazarlo. Él también está sufriendo pero en secreto.

-Lamento si herí tus sentimientos- posa su cabeza en mi hombro.

-Hombre no sabes cuánto hace bien desahogarse.