LXXIV

NOAH

Vuela y que nada te detenga porque está puede ser tu última travesía, este es mi capítulo final de un inicio .

La charla con mis padres no fue nada fácil, mi padre se enojo, parecía que hablaba con alguien diferente cuando les conté todo lo que pasó y quien soy ahora

.
-Tu no perteneces a ese mundo Noah, no Puedo permitir que uno de mis hijos traiga desgracias infantiles que no existen- resonó la voz utoritaria de mi padre.

Mama solo me miraba con tristeza sin saber que decir o de que manera apoyarme.
Pero un día después, me dió el mejor regalo de todos.

Su compresión y su apoyo.

-No importa lo que diga tu padre, buscaste tu camino hacia la felicidad y estoy contenta por eso- me dió un abrazado reconfortable.

Por lo menos tengo su apoyo.

El día de mi partida, mientras me iba papá me quedo viendo nostálgico y lleno de arrepentimiento por el espejo del auto. Aunque fuera difícil el tenía que aceptarlo.

Y ahora aquí un veinticuatro diciembre, escucho a los niños sus mayores deseos y con simple magia ellos pueden tener su regalo. El mejor para ellos.

Me tomo un descanso y me dirijo a uno de los baños para tomar agua y limpiarme la cara. Cuando una cara desconocida aparece de la nada atrás mío.

-Le enviaron este sobre- lo tomo y lleva una letra que reconozco a la perfeccion.

-¿Donde esta?- preguntó al extraño al guardaespaldas.

-Solo me obligaron a entregar la carta- se retira nervioso del baño. Abro la carta de Sarka.

Nunca, nunca estuviste de mi lado Noah y la pagaras muy caro hermanito, así como tú ganaste todo yo perdí todo de mi ser.

Hay hermanita que te paso que nunca me dejaste ayudarte y no voy negar que siento culpa de mismo.

Me observo en el espejo y lo toco, se proyecta la imagen de mi hermana Sarka. La cual no merece este final y no lo hará. Estoy dispuesto a todo.