LA BODA, EL CANTO Y LA PROPUESTA INESPERADA

Todo iba perfecto en la boda. Los novios estaban felices, la comida era deliciosa, y la pista de baile se llenaba de invitados celebrando.

Hasta que… el chimpancé agarró un micrófono.

Rodrigo y Raquel se paralizaron. Agustín se emocionó. Vanina puso los ojos en blanco. Toro, Dante y el piloto intentaron detenerlo, pero ya era demasiado tarde.

El chimpancé se aclaró la garganta.

—Buenas noches a todos.

Se hizo un silencio sepulcral.

La mitad de los invitados se desmayó.

El sacerdote dejó caer la copa de vino.

Una tía de Raquel gritó “¡ES EL DIABLO!” antes de caer desmayada sobre la mesa de postres.

El padre de Rodrigo se atragantó con una aceituna.

La madre de Raquel, con la boca abierta, trató de hablar, pero solo logró hacer un sonido similar a un pez fuera del agua.

Rodrigo cerró los ojos con resignación.

—No… No hoy…

El chimpancé miró alrededor con cara de confusión.

—¿Qué pasa? ¿Nunca han visto a un mono hablar?

—¡¡¡NOOOO!!! —gritaron todos al unísono.

Agustín no podía parar de reír.

—¡JAJAJAJAJAJA! ¡ES EL MEJOR DÍA DE MI VIDA!

Vanina lo miró fulminándolo con la mirada.

—¿Te parece gracioso que la abuela de Raquel esté convulsionando en el suelo?

—¡Sí! ¡Digo, no! Pero… ¡ES UN CHIMPANCÉ QUE HABLA! ¡¿CÓMO NO VOY A ESTAR FELIZ?!

El chimpancé levantó las manos.

—Relájense, relájense. Mejor pongámonos en ambiente. Esto va para los recién casados.

La banda empezó a tocar, y el chimpancé cantó "Unchained Melody".

Los invitados estaban en shock, pero la voz del chimpancé era tan buena que algunos se dejaron llevar.

Poco a poco, la histeria se convirtió en asombro. Para cuando terminó la canción, hasta el sacerdote estaba aplaudiendo con lágrimas en los ojos.

—¡Es un milagro!

Y así, la boda se volvió una fiesta inolvidable.