Amor en tiempos de guerra.

De todos los sueños inquietantes que había tenido, este sin duda, era el que más me estremecía la piel, tenía frente a mí al rey que me causaba tanto revuelo, el único hombre que me quitaba el sueño, a quien juré convertir en mi enemigo y no he podido cumplir mi palabra, el que me desarma, el que me a robado el corazón y se niega a devolverlo, quien me quita el aliento y cualquier estabilidad en mi vida, mi dueño, aunque me convenza de lo contrario, mi debilidad, mi todo, sigue siendo él…

La lluvia y la neblina que salía del suelo, pintaban aquella escena como un sueño más, Lía no podía distinguir la realidad de la ficción, no estaba segura si se trataba de esos sueños lucidos donde podía adueñarse de la virilidad de su amado, donde podían despojarse de la ropa, la vergüenza y las reglas absurdas que llevaban o si en realidad, su rey se encontraba frente a ella, en carne y hueso.

Sus ojos se llenaban de él ambiciosos por observarlo más detenidamente, cuando sus oídos escucharon aquel curioso apodo, un escalofrío le recorrió el cuerpo “Ratoncita”

—¿Estoy soñando? —le preguntó Lía conteniendo el temblor de su cuerpo.

Valeska la observó de pies a cabeza y al ver sus pechos grandes y llenos de leche, por que podía olerla, frunció el ceño he hizo una expresión entre angustia y desagrado.

—¿Con quien estoy hablando ahora? —le preguntó Lía devastada al no diferenciar su alma de la de la bruma oscura, parecía que estaban fusionados, en ese momento eran uno solo.

—Estás hablando con el futuro soberano de este universo, él dios que lo consumirá todo, el dios de la destrucción. —le respondió él con una voz grabe y siniestra.

—Quiero hablar con Valeska, tu no eres más que un impostor, ¡te exijo que salgas de su cuerpo ahora mismo! ¡deja a mi rey en paz! —exigió Lía mirándolo con desprecio.

—¿Qué es lo que intentas hacer criatura? ¿separarme de mi recipiente? ¿Como piensas dividirnos si mis venas son sus venas, compartimos el mismo corazón y bombeamos la misma sangre? Él no existe sin mí, me he adueñado de todo, sus recuerdos son los míos, su pasado me pertenece, ahora yo soy Valeska, me he adueñado de su nombre y de todo lo que lo compone, mi hermosa ratoncilla.

—Eso no es verdad…tu no eres Valeska, no me llames ratoncita, no creas que puedes usurpar sus bellas palabras, eres un impostor, una plaga que debe ser erradicada, antes pudiste salvarte de las manos de mi madre, te aferraste a su alma para no desaparecer, por que eres un parasito, no vales nada por ti mismo…. —Lía estaba furiosa y entre su rabia añadió. —Pero de mí nadie podrá salvarte, ni siquiera tú mismo…

—¿Te atreves amenazarme mujer? ¿crees que te dejaré con vida solo por que él te amaba? No te mentiré, tenía curiosidad por la bruja que me dio paso a este basto y rico universo, gracias a ti comeré de la mejor comida, absorberé todos los nutrientes de este suelo y me comeré el corazón de la tierra, puedo pasar por alto tus ofensas, veo tu potencial, lo que ambos podemos hacer juntos si nos unimos en la conquista, tu crearás portales para que yo pueda moverme como pez en el agua entre las ramas del universo, serás mi pase rápido a la conquista y nada podrá detenernos, a cambio, yo te cuidaré y te llenaré de la misma manera que mi recipiente lo hacía ¿Qué era lo que querías? Ah, sí, un esposo, yo seré tu esposo si aceptas venir conmigo, una vez que termine con este lugar, no quedará nada, seré un padre para tu hijo, tus pechos huelen a leche dulce, eres fértil y hermosa, engendrarás a mis hijos y nos adueñaremos de todas las realidades, con este aspecto ¿acaso podrás resistirte bella hechicera? Vi como me mirabas, como tu todo, tu vida entera y me encantó la devoción tan sublime que hay en ti, yo… —en ese instante, Lía lo interrumpió.

Le golpeó el pechó con la palma de su mano bajándolo de golpe del caballo y esto hizo que la bruma sintiera un fuerte dolor en el corazón y el vértigo se apoderó de él, inmediatamente Lía dio otro golpe, esta vez con más fuerza y ante la sorpresa del dios de la destrucción, logró separar su cuerpo astral, fuera del cuerpo de Valeska por un cortó periodo de tiempo y ella aprovecho.

—¡Valeska! —gritó Lía con lágrimas en los ojos.

—¿Lía? ¿Qué haces aquí?  —preguntó Valeska confundido.

—¡No tengo mucho tiempo! ¡pero te juro que lograré separar a la bruma de tu cuerpo de manera permanente! Por favor mantente aferrado a esta runa, pase lo que pase no la sueltes, por unos pocos minutos la bruma estará aturdida y no podrá escucharnos, no sabrá de esto…

—¿Por qué te arriesgas tanto? No vale la pena, quería que estuvieras a salvo, nadie tiene que morir, encontraré la manera de asesinar desde dentro a esa cosa. —manifestó Valeska aferrado a las manos de Lía.

—No…si haces eso, tu también morirás, no quiero perderte, tienes que aferrarte a la vida, deja que yo te separé de él.

—¿Y arriesgar a lo más valioso que tengo? Jamás…quizá ya es tarde para decirte esto…pero te amo, te he amado siempre, pero mi orgullo me cegó, intenté deshacerme de esto, pero me fue imposible, yo te amo mi bella Lía.

—Valeska…yo también te amo, siempre has sido tú y solamente tú…

La bruma estaba intentando regresar al cuerpo de Valeska y el tiempo se agotaba.

—Valeska, por favor aférrate a la vida, no puedes dejarnos, tu hijo y yo te necesitamos.

—¿mi hijo? ¿Tenemos un hijo? —le preguntó Valeska en shock.

—Su nombre es Aspen y me rehusó a que su padre siga luchando solo, si mueres yo también moriré y Aspen se quedará solo en un mundo sin esperanza, por favor confía en mí, salvaré al amor de mi vida, cueste, lo que cueste.

—¡Ahhhhhh! ¡regrésame mi recipiente bruja tramposa! —gritó la bruma quién como un viento fuerte, se metía en Valeska para tomar nuevamente el control.

Valeska no pudo decir otra palabra, pero se aferró a la esperanza de ver con vida a su familia, abrazó aquella noticia con todas sus fuerzas y sus ganas de luchar aumentaron, haría todo lo posible por regalarle un futuro a Lía y a su bebé.