Entrada 34 – "No éramos un grupo… ya éramos familia"

Todo cambió después de ese día. Después de abrirnos, después de escuchar nuestras historias, después de vernos realmente sin máscaras… algo en nosotros se transformó.

Ya no solo ensayábamos. Vivíamos juntos esos días como si fueran una pequeña vida compartida.
Reíamos a carcajadas antes, durante y después de los ensayos. Compartíamos snacks escondidos, inventábamos bailes ridículos en los descansos y hacíamos apuestas tontas para ver quién olvidaba la coreografía primero. A veces, también llorábamos. No en soledad… juntos.

Habían pasado meses. Ya sabíamos quién llegaba tarde siempre, quién pedía café doble, y quién se quedaba dormido en el sofá después de un ensayo de madrugada.
No éramos amigos. Éramos una familia.

Casi un año juntos. Ensayando hasta que el sudor se secaba en la piel y las piernas temblaban, pero el alma seguía en pie. Y al fin… llegó el momento.
Nuestra primera canción. Nuestro debut.

Grabaríamos un demo: 4 canciones, una carta de presentación al mundo.
Mina sería el centro. Eso ya lo sabíamos. Era la más experimentada, la ex idol. Los demás, fragmentos que brillaban en sus propios instantes.
Los chicos tendrían raps que encendían la pista. Nosotras, coros suaves que se entrelazaban como un abrazo.
No me dolía ser soporte. Al contrario… me llenaba.

Recuerdo compartir auriculares, hacer gestos tontos a través del cristal de la cabina, cantar como si ya estuviéramos en un estadio.
Cuando escuchamos el resultado final, fue como si el aire se volviera más ligero.

Gritamos. Bailamos. Lloramos.
Nos abrazamos como si hubiéramos ganado algo… y sí. Lo habíamos ganado.
No fama. No dinero. Nos habíamos ganado a nosotros mismos.
Nuestro sueño. Nuestro esfuerzo. Nuestra familia.

El sueño apenas comenzaba, pero por primera vez en mi vida, sentía que ya lo estaba viviendo.