Capítulo 60

Es como un sueño de amor

Thomas

Me siento en la barra y pido al barman que me sirva un cóctel, el más caro. Después de organizar todo en el trabajo y de llamar a Victoria para retomar la conversación que tuvimos hace un par de noches sobre si me revelo al mundo de que soy el verdadero autor de mi libro se podría decir que tengo todo los medios, puedo hacerlo, y ahora que recuerdo quería vivir esta experiencia con Francis. Mi memoria está cada vez más fresca. Me sirven la copa y la bebo de una. Para mi sorpresa Victoria llega entacona con unos zapatos caros de aguja. No cambio mucho.

-Victoria- le saludo informalmente- llegas tarde, pido otra copa de cóctel.

-Deja de beber cóctel- me dice sentándose en el taburete – tráigale agua por favor- le dice al empleado y yo le miro fulminándole.

-Porque haces eso, no vez que quiero beber-  se sienta de un lado y me mira.

-Vamos hablar, sé que fue mi culpa por todo lo que te oculte quiero disculparme. De verdad- se mira las manos y la cruza- no debí alejarte de ella Thomas, creo que ahora eres infeliz- se confiesa con una tristeza.

-Si quieres puedes a estar con ella- se vuelve a girar y pone los brazos sobre la barra.

-Porque ahora me dices esto, porque no lo dijiste cuando desperté- no es que sea infeliz con Sofía, es una gran mujer, ha estado conmigo en las malas, me ha visto crecer en mi trabajo y madurar con el paso del tiempo- porque no en el pasado- me pongo la mano en el pecho- Sofía quiere casarse – le confieso y ella me mira ferozmente.

-No lo hagas, no la amas- me toma de las manos- si lo haces te vas arrepentir- miro su cabello negro, después subo su mentón y miro sus enormes ojos azules.

-¿Acaso me ocultas algo Victoria? – le pregunto, lo se ella oculta algo.

-No, para nada – quita sus manos de las mías y se las pone en las rodillas- Platiquemos de lo que quieres hacer con tu libro, se me ocurrió una idea magnifica, capaz sea la más correcta.

-Y cual es- pregunto cruzándome de brazos. ¡Ay Victoria no creas que me olvidado de lo que acabas de hacer!, y sea lo que sea lo voy a descubrir.

-Diles que eres el tataranieto del autor, es la única manera de que ellos te crean, y encontré algunos manuscritos- confiesa feliz- fue difícil pero lo hice por ti, mereces reclamar lo tuyo-me sorprendo y sonrió.

-El  tataranieto suena bien, pero ilógico, pero bien- llega mi vaso de agua y bebo un poco. No me desagrada la idea de Victoria pero me dolería no decirles a las personas de este tiempo que soy el autor y  que soy un viejo hombre que tuvo esas ideas magnificas. Después de tanto pensarlo. –Acepto hacerlo, aclaro que quiero que me lleves con los manuscritos necesito verlos- y ella me guiña el ojos.

-Obvio que lo veras ya están en tu casa Tom- se levanta y se ajusta la cartera de Gucci al hombro- no te cases con Sofía, porque….. porque puedes formar una familia con alguien más.- Le quedo viendo curioso por sus palabras. Cuando voy hablar ella sale a carrera del bar.

**

-Besame, besame- sus rojizos labios besan mi cuello, después extiende sus manos por mi abdomen desnudo y yo le toco la mejilla, sonrió con solo verla, ahora ya no es ninguna de las dos, solo es ella, es Francis sonriéndome como nunca. Despierta me dice al oído, despierta para que estés con nosotros.

Abro los ojos y Sofía está dormida alado mío, decido quitar su brazo de mi abdomen. Me levanto  y voy al baño para lavarme la cara, me miro al espejo y mi cabello está creciendo sus rizos ya están a flote.

-Hora de trabajar Thomas.

**

De camino para el trabajo,  el chofer me da el periódico y decido leerlo como siempre, hoy el día amaneció frio, las hojas amarillas estas muy resplandecientes, noviembre ya está por comenzar, miro nuevamente la imagen de Francis en el periódico.

-Hablan bien de ti- digo en voz alta.

-Como dice señor- reacciono por mis palabras.

-Nada- me cubro con el periódico para que no me mire por el espejo retrovisor.

Dejo el periódico a un lado y decido mirar por la ventana a la lluvia caer.