Preguntas

—¿Por qué estás conmigo? —pregunta ella.

—¿Qué por qué...? ¿Qué? —pregunta él de vuelta.

—Pues eso. ¿Por qué estás conmigo en una relación?

—No lo sé —responde él con sinceridad.

—¿No lo sabes? —por su tono, deduce que no es la respuesta que esperaba.

—No, no lo sé, porque no es por algo en concreto, sino una suma de varias cosas. Por ejemplo, adoro pasar tiempo contigo y charlar, excepto cuando se te ocurren estas preguntas raras.

Ella hace una mueca, pero él sigue hablando.

—También me gusta tu risa, sobre todo cuando te ríes de tus propios chistes. Y... no sé, mil detalles más de los que ahora no me acuerdo.

—¡Cariño! —exclama ella, no conforme con la respuesta.

—Esa mueca en tu boca cuando te enfadas también me gusta —añade, recibiendo como respuesta un golpe.

Él se ríe y la abraza, dándole un besito en la sien.

—No sé por qué estoy contigo, pero sé que no quiero que acabe. Así que, por favor, deja de hacerme este tipo de preguntas.