XII Heridas

No puedo evitar sobresaltarme al sentir una mano tocando mi hombro y al voltear, me encuentro con una inesperada sonrisa.

—No quise asustarte —dice el chico nuevo.

Y no le creo una palabra, lo hizo a propósito, podría jurarlo como que me llamo Isabel.

—Sí, claro.

—¿Qué te pasó? No me digas que te peleaste con alguien.

—¡Por supuesto que no! Los problemas se arreglan conversando.

—Entonces ¿Fue practicando gimnasia?

Inevitablemente, los recientes recuerdos de la última práctica vienen a mí y me sonrojo, lo puedo sentir.

Y él lo nota.

Me alejo de la ventana y de su atenta mirada.

—No. Alguien me chocó en el pasillo.

—De seguro ibas despistada, como siempre.

Estoy a punto de reclamarle que se deje de joder cuando noto lo relajado que se oye, además de lo fluida que va nuestra conversación.

—Pues sí, andar en las nubes es parte de mi encanto.

Lo digo sin mirarlo. Sigo sonrojada y disimulo, ordenado el escritorio del profesor.

Le oigo reír por mi comentario y una sensación de alegría me invade. Usualmente soy muy sociable y suelo llevarme bien con los chicos de la clase.

Él era la excepción, hasta ahora.

—¿Cuánto tiempo debes llevar eso? —pregunta por el inmovilizador de mi brazo.

—Unas dos semanas más. Mi hombro se dislocó y tengo una fractura en la clavícula.

Su expresión se endurece y la agradable atmósfera que había hasta hace un momento se vuelve densa e incómoda.

—El médico dijo que cuando sane, mi clavícula será más fuerte que antes.

—Sí —dice con cansancio—, eso suele pasar con las fracturas. Yo me quebré el brazo una vez. Fue una fractura expuesta, todavía tengo la cicatriz.

Levanta la manga de su camisa y su brazo se ve inmaculado, sin ninguna evidencia del daño que él mencionaba. Aquello parece sorprenderlo.

—Estaba... aquí... lo sé...

—Quizás está en el otro.

Me da una mirada llena de furia y desprecio.

—Crees saberlo todo ¿no? ¡Pues no sabes nada!

Su inesperado grito me asusta. Para mi suerte, Kyle llega en ese preciso momento.

—¿Todo bien?

—¡¿Y a ti qué mierda te importa?! —contesta de mala gana, yéndose del salón.

Cuando sale, vuelvo a respirar.

—Ese tipo es un idiota ¿Te hizo algo?

¿A parte de asustarme y confundirme todavía más?

Niego y hablo con Kyle sobre mi clavícula hasta que comienza la clase. El chico nuevo no regresa.

～🦇～

Durante el recreo, busco al profesor de gimnasia para informarle de mi impedimento para seguir yendo a las prácticas. Lamenta la situación y me desea una pronta recuperación. Me despido, agradeciendo su amabilidad y temiendo que quizás ya no volveré a ir.

Fue una mala idea desde el principio y me siento realmente tonta por pensar que funcionaría.

Es cierto, logré que Dick me conociera, pero nada cambió entre nosotros. De hecho, fue para peor. Él debe sospechar que me gusta y de seguro no quiere ni encontrarse conmigo...

—¡Epa! No de nuevo.

Freno a pocos segundos de volver a chocar con alguien, es un chico pelirrojo.

—¿De nuevo?

—Sí. Mucho gusto, soy Wally. Te disloqué el... hombro...

Su ámimo va decayendo ante mi sorpresa.

—¡Estoy bien, no te preocupes!

—Que bueno oír eso, no fue mi intención. Iba rápido para no llegar tarde.

—¿Te pasa muy a menudo?

Tiene el labio partido y se ve que es reciente.

—No... No es nada.

Sigue su camino y yo sigo el mío, la siguiente clase ya está por comenzar.

El chico nuevo ha regresado y esquiva mi mirada cuando voy hacia mi puesto.

—Hoy hablaremos de lo tipos de géneros literarios y empezaremos por el narrativo... —dice la profesora Helena.

Todos oímos atentamente su clase y tomamos apuntes de lo que dice, ella suele hablar más de lo que escribe en el pizarrón.

El sonido de un lápiz que cae al piso me distrae y lo siento rodar hasta mis pies. Tras recogerlo con dificultad, miro a todos lados buscando a su dueño, pero nadie parece serlo. Entonces miro hacia atrás y el chico nuevo estira su mano.

—Gracias —dice con seriedad recibiendo el lápiz.

Vuelvo a mi posición sabiendo que me será imposible recuperar la concentración. El resto de la clase me la paso pensando en las razones para que el chico nuevo tenga los nudillos lastimados.