LXIII Cita inesperada

El día que había esperado desde que entré a la secundaria y me quedé prendada de la imagen de Dick por fin llegó.        

Hoy es nuestra primera cita.

Eso me encantaría decir, pero estoy en cama, lo he estado desde el viernes, guardando reposo por la caída y no soy capaz de levantarme sin cojear o sentir dolores.

Hoy era nuestra primera cita.

Ni siquiera puedo aprovechar y estudiar porque me duele la cabeza. Amablemente mi tía me trajo la tele de la sala, así que resignada, me dedico a recorrer los canales, buscando algo que no sea tan aburrido.

Encuentro una película que parece divertida. Hay una pareja leyendo en una biblioteca, creo que investigan algo.

—Cariño, tienes visitas —anuncia mi tía y me siento de golpe en la cama, mirando a todos lados por si está muy desordenado.

El dormitorio no es lugar para recibir visitas, pero no estoy en condiciones de dejar la cama. Espero que a Brenda no le importe.

Mi tía, con una sonrisa torcida deja entrar a Jason.

¡A Jason! ¡En mi dormitorio!

¡Mientras estoy en la cama!

¿Qué le pasa a mi tía? ¿Qué hace él aquí?

Me cubro hasta el cuello con la sábana, pese a que llevo un pijama de manga larga.

Con ositos.

—Hola —saluda casualmente, como si estuviéramos en cualquier lugar y no en mi dormitorio.

—Ho-Hola.

—Les dejaré aquí la bandeja para que se sirvan —dice mi tía.

En la bandeja que trae hay refrescos y galletas, por lo que logro ver. Lo tenía todo preparado ¿Desde hace cuánto llegó Jason?

—Los dejo, chicos. Pórtense bien. —Nos guiña un ojo antes de salir.

¡Qué le pasa a esta mujer! Y qué quiso decir con eso de que pórtense bien, no somos niños.

Y tampoco es que yo pueda hacer mucho desorden estando como estoy.

Jason avanza hasta sentarse en mi cama. Su ojo sigue enrojecido y evito mirarlo.

—No sabía que te gustaban las películas de vampiros.

—No sabía que era de vampiros —tomo el control con torpeza y se me cae.

Estoy un poco nerviosa.

Él lo recoge y se dedica a buscar algo. La deja en unas caricaturas.

—¿Qué haces aquí?

—No es obvio, vine a ver caricaturas.

Ruedo los ojos, alejándome de él lo más que puedo. Gran error. Él aprovecha el nuevo espacio a su disposición y se recuesta junto a mí. Relajadamente cruza los brazos bajo su cabeza y lo miro impactada.

—Deja de verme así, me pones nervioso —se burla.

Trago saliva, tapándome más con el cubrecama.

—Intenté avisarte que vendría, pero tú teléfono estaba fuera de servicio, así que llamé a tu tía y me dijo que se te rompió.

De hecho lo rompí, por traidor. Lo que me sorprende es que tenga el número de mi tía.

Se levanta para alcanzar su mochila.

—Ten. —Me entrega un paquete de regalo y para mi sorpresa es un teléfono nuevo.

—Jason... No puedo aceptarlo.

Es un último modelo, recuerdo haber visto el comercial en televisión. El mío era un ladrillo en comparación. Éste es carísimo.

—Es un regalo mío, no puedes rechazarlo. Además, tienes que poder mandarle mensajitos a Grayson. —Sonríe maliciosamente y termino sacando el aparato.

Tiene una gran pantalla, que será útil para leer. El resto de características que lo hacen ser tan caro y especial me las explica Jason, con lujo de detalles. No sabía que le gustara tanto la tecnología.

—¿Por qué rojo?

El teléfono es de un tono rojo brillante.

—Porque es un color genial —asegura sonriente.

～🦇～

Debo admitir que las caricaturas están bastante divertidas. Jason ríe a carcajadas y su risa se me contagia. Me gusta verlo reír y su cercanía en mi cama ya no me molesta. De hecho, estamos acostados hombro con hombro.

Nos comimos todo el picoteo que mi tía nos trajo y tengo migajas de galletas en el cuello, pero me siento feliz.

De pronto oigo a una gallina cacarear y me sobresalto. El sonido viene de mi teléfono nuevo, que Jason me ayudó a configurar.

Ha llegado un mensaje de Dick.

Él ríe de su travesura y meneo la cabeza. Es insufrible.

Dick: ¿Estás aburrida? Yo lo estoy. Podríamos estar diviertiéndonos en nuestra cita ☹️

Su mensaje hace surgir una inquietante sensación de culpa. No estoy aburrida y me divierto con alguien que no es él.

¿Qué rayos estoy haciendo?