74. Adiós, Polh

El cielo se encuentra despejado de nubes, la brisa aún transita libre y despreocupada de chocar con nosotros, y la estrella radiante incomoda un poco al encontrarse tan incandescente frente a nuestros rostros; aquí, en la cima de las escalinatas del Dominio Élite, nos encontramos toda la élite en medio del particular acto conmemorativo que normalmente hacemos cuando perdemos a un miembro de la élite, para rendir homenaje a Polh, a quien perdimos ayer al ser asesinado por Trox.  

Todos mis compañeros están tras mi espalda, pues hoy soy yo quien dará las palabras, ya que no está el rey de Mikadea, ni tampoco está Handul, soy yo el máximo rango frente a los Mikadeanos que estamos en Tiakam. 

—Hoy y los próximos días serán tristes para Mikadea —levanto mi voz frente al calmado y silencioso público que está bajo las escalinatas—, pues hemos perdido a un miembro de la Élite de Mikadea, a nuestro querido Polh, quien fue el arquitecto y el encargado de levantar cada pared de este planeta, fue el maestro que edificó varios de los más altos edificios en Mikadea y de algunas de las estructura emblemáticas de nuestro planeta; la esencia arquitectónica de Polh estará por siempre en cada rincón de Mikadea, y su lucha por mantener la seguridad de nuestro pueblo permanecerá en nuestros corazones por siempre —volteo mi mirada agachada tras mi espalda y con cierta nostalgia me encuentro aquel espacio en la fila que antes pertenecía a Polh, entre Neefar y Kimku, ese era su lugar—. Polh a dejado un espacio que de cierto modo hará falta en un futuro, pues fue un gran amigo, un gran compañero y gran guerrero —por mi mente cruza aquel recuerdo de cuando Polh se ofreció para probar en él el poder de Zen.

»Mikadea se despide de ti, Polh... 

»Un Mikadeano leal ha perdido la vida al intentar cumplir con su trabajo, y donde quiera que se encuentre su alma, siempre se le estará recordando con la palabra «leal». 

Desde el fondo del asentamiento vemos como una de las naves de la fuerza armada se levanta hacia el cielo azul, en el interior de la nave va el cuerpo sin vida de Polh, ya que será trasladado a Mikadea para que su cuerpo permanezca en la cúpula de vidrio. 

Es una pena que nuestra amistad haya terminado tan mal, el deseo del poder le cambió drásticamente, aun así me quedaré con los buenos momentos que viví junto a Polh. 


Han pasado tres horas desde que terminó la ceremonia honorífica dedicada a Polh. Me encuentro en la sala de reuniones junto con toda la élite, estamos sentados frente a una mesa ovalada, ya que nuevamente intentaremos resolver el problema que tenemos en las minas. Llevamos dos órbitas trabajando con la mitad de los mineros y necesitamos regresar a la normalidad. 

Me vienen a la mente las últimas palabras que dijo Trox antes de desaparecer de nuestras vistas: «Pueden evolucionar mi raza, prometo no enojarme si los ponen a minar oro, solo si ustedes prometen protegerlos de los Crooler y, en especial, si me ayudan a desarrollar alguna tecnología que nos ayude a descubrir quienes son Crooler y quienes no».  

¿Trox quiere ser nuestro aliado?… No estoy muy seguro de eso…  

Es algo difícil creerle al de Yowta, pues para nosotros los Crooler ya no existen. Es algo sin sentido, Trox nos pide que le prometamos algo ilógico, ¿por qué ofrecernos a su raza con la única condición de protegerles y ayudarles frente a algo que ya no existe? Esto me deja en la duda y me hace aceptar su condición, porque necesitamos de los Tikamitas, necesito recuperar el ritmo en las minas. 

Mi mirada recorre sobre el rostro de cada uno de los presentes, y antes de iniciar la reunión aclaro la garganta.  

—Ya que estamos todos, empecemos con la reunión —rompo el silencio de la sala—. Les he reunido para hablar del trabajo que se está haciendo en las minas, que como sabrán, llevamos aproximadamente dos órbitas de Tiakam trabajando solo con la mitad de los mineros, cuando lo ideal sería que todos estuviesen trabajando a la par. Si seguimos a este ritmo lo lograremos conseguir a tiempo el oro que requerimos. 

—Si estamos aquí es porque tienes una nueva idea, ¿verdad? —Foxer pregunta con mucha seriedad. 

—Así es, quiero hablarles de lo que Handul y yo hemos estado trabajando durante todo este tiempo, fueron dos órbitas en los que estuvimos trabajando en un segundo plan, porque si no llegábamos a resolver los problemas en las minas, habría que empezar a usar otros métodos para lograr las cantidades requeridas de oro. 

—¿Y cual es ese segundo plan, Kiharu? —pregunta Klea.  

—Vamos a trabajar en conjunto con los Tiakamitas, ya tenemos el Zenfrex recolectado para evolucionarlos, Handul trabajó en obtenerlos de los seres de bajo nivel evolutivo de Tiakam, lo hizo antes de irse a Mikadea.  

Odio tener que mentirles, pero es la única manera que veo para ocultar la masacre de Tiakamitas. No puedo exponer a Handul sin antes enfrentarlo yo personalmente, recordemos que lleva un gran poder con él y puede vengarse atacando a cualquiera. De seguro cuando llegue y vea que todo está funcionando bien, simplemente lo acepte, después de todo se trata de la existencia de nuestro planeta.  

—Entonces…, ¿aquellas desapariciones de Handul eran porque él estaba recolectando el Zenfrex? —pregunta Brawn.  

—¡Exacto!  

—Bueno… si dices que hay una buena cantidad de Zenfrex guardado, es porqué Handul los recolectó —Agrega Foxer—, no veo alguna otra razón como para ponerse a hacer tan exhausto trabajo.  

—Por mí, me parece bien. Necesitamos hacer algo ya, el tiempo pasa y no logramos llegar a las cifras —Dice Kimku.  

—Yo lo apruebo, deberíamos estar evolucionándolos en este momento —dice Rautzel.  

—Genial.  

—Kiharu, puedo ayudarte a implantar el Zenfrex en los Tiakamitas —me dice Ashtaria—, necesitarás de alguien que te ayuden, ya que no podrás hacerlo por ti mismo.  

—¿Por qué no? —le cuestiona Neefar.  

—Porque todos los Tiakamitas aún le están temiendo.  

—Es cierto —Neefar le mira con cierta dureza, y Ashtaria le mira de la misma manera… estas dos no han tenido una buena relación durante todo este tiempo, y ahora comprendo por qué —… Yo igual estaré al pendiente de como avanza el proceso de evolución, no vaya a ser que algunas anomalías se vayan generando y nos lo arruine todo.  

—Tienes razón, Neefar —Rauzet le sonríe—. Yo podría ayudarte con las revisiones y los análisis de los Tiakamitas.  

—Te necesito controlando el centro médico, Rauzet —le digo—. Neefar puede ocuparse de los análisis sin problemas, no creo que necesite de tu ayuda.  

—Son muchos Tiakamitas como para que ella los analice sola.  

—Conozco a la perfección la capacidad de Neefar, estoy seguro de que ella puede sola con eso. 

—La urgencia está en garantizar que los Tiakamitas no se enfermen o que no se conviertan en bestias, ella necesitará que yo…  

—No te preocupes, Rauzet —Neefar le interrumpe al alzar un poco la voz—. Si llego a necesitar tu ayuda, yo te contactaré.  

—Si necesitas ayuda puedes decirme a mi, Neefar —digo y ella de inmediato me mira de manera intimidante—… Ra-Rauzet de seguro estará ocupado en el centro medico… 

—Ya dejemos de discutir sobre quien va a ayudar o no a Neefar —Klea toma la palabra—, ella sabe hacer su trabajo a la perfección. Ahora centrémonos en lo principal, en la fase donde deberemos evolucionar a la raza de Tiakam.  

—Ashtaria, tu pueden encargarse de esa primera fase —le digo y de inmediato ella me asiente—. Trata de crearte un equipo de mineros o obreros que puedan ayudarte en este proceso. 

—¡Ok! 

—La segunda fase va por parte de Neefar, quien estará monitoreando la evolución de la raza.  

—Bien…  

—La tercera fase será llevada por ti, Brawn. Tu te encargarás de capacitar a los Tiakamitas para que conozcan del trabajo y de como hacerlo, que aprendan como funcionan las taladradoras y cada maquina minera.  

—Esperemos y su nivel de comprensión alcance para tanto…  

—Vamos a enseñarles a iniciar su propia civilización, a que aprendan a cultivar sus propios alimentos, a construir viviendas y canales de acueductos, que puedan desarrollar sus habilidades artísticas, que formen su lenguaje y que aprendan sobre la escritura. Que sepan vivir en sociedad y a tener un significado en la vida.