Humanos Contra Demonios

CAPÍTULO 227

Humanos contra demonios.

CAPÍTULO 227

-Tiempo atrás-

Sandra y yo estamos en un valle verde, entrenando juntos.

Alrededor de nosotros, hay decenas de agujeros.

Ella está sentada en el suelo, sudando demasiado y agitada.

—Muy bien, Sandra. Una vez más.

—S-sí…

Hemos entrenado por varias horas, pero creo que logró perfeccionar el movimiento que le enseñé.

Se levanta lentamente del suelo y cierra los ojos.

El suelo comienza a temblar y una enorme esfera de tierra sale del suelo.

—Bien...

Me alejo rápidamente de ella y me preparo para recibir el ataque.

—¡¡Estoy listo!!

La tierra se divide en 10 esferas más pequeñas y comienzan a flotar alrededor de ella.

Fuego azul rodea las esferas y Sandra activa su modo verde.

A ella también le gusta el color verde, como a su hermano.

—¡Magia de tierra y de fuego: Esferas de fuego!

Las esferas se dirigen a mí y cierro los ojos.

—Magia de viento…

Una de las esferas está a punto de impactar en mi rostro.

Muevo la cabeza y una pequeña ráfaga de viento desvía la esfera.

Logré esquivar muy bien esa esfera.

Hago lo mismo con las demás. Esquivo todas.

¿Qué hago? Uso el viento que hay a mi alrededor, para sentir los ataques que se dirigen a mí. Y uso el viento para desviar esos ataques, para lograr esquivarlos perfectamente.

—Bien…

Abro los ojos y sonrío.

—¡¡Ahora!!

Sandra puede controlar las esferas con su mente y se dirigen a mí otra vez.

Comienzo a esquivar los ataques. Simplemente muevo la cabeza, me agacho y me alejo.

Es una buena manera de entrenar mis reflejos.

—¡¡Muy bien, Sandra!!

Tropiezo con una roca y pierdo el equilibrio.

—Mierda.

Las esferas impactan en mi cuerpo y explotan fuertemente.

Sandra usó demasiado poder mágico en eso.

—¡¡Daniel!!

Se dirige a mí corriendo y me levanto lentamente del suelo.

Esa explosión destruyó mi camisa y parte de mis pantalones.

Usé mi poder mágico para proteger mi cuerpo… Usé demasiado poder mágico.

—Vaya, vaya... Esa explosión fue increíble. Ya casi no me queda poder mágico, usé demasiado para proteger mi cuerpo... Felicidades, Sandra.

Ella se para frente a mí y no deja de observar mi cuerpo.

Es algo incómodo que me vean así.

—Oye, mis ojos están arriba.

Ella levanta rápidamente la mirada. Está roja y nerviosa… Realmente es linda.

—¡L-lo siento!

—No te preocupes… Esa explosión fue increíble. Puedes matar fácilmente a un demonio.

—G-gracias… ¿P-puedo curarte?

—No estoy herido, solo estoy agotado… Necesito más ropa… Bueno, terminamos por hoy.

Me doy la vuelta y me agacho.

—Sube a mi espalda.

—S-sí…

Sandra sube a mi espalda y comienzo a flotar.

—Estás mejorando mucho, Sandra. Lina fue muy sobreprotectora contigo. Puedes pelear muy bien.

—Gracias, Daniel… Muchas gracias.

"¡Maldita inútil! ¡¿Acaso no puedes hacer algo bien?!"

Sandra recuerda la voz de un hombre y comienza a temblar de miedo.

—Eres mucho más poderosa que yo, Sandra… Tengo mucha suerte de tenerte como compañera.

Mis palabras la hacen llorar y deja de temblar.

—Gracias…

Cierra los ojos y coloca su cabeza en mi hombro izquierdo.

—Realmente… muchas gracias.

-Presente-

Rem sigue peleando contra los habitantes y Sandra extiende su mano izquierda.

El suelo comienza a temblar y una enorme esfera de tierra sale del suelo.

La tierra se divide en 10 esferas más pequeñas y comienzan a flotar alrededor de ella.

Fuego azul rodea las esferas.

—¡Magia de tierra y de fuego: Esferas de fuego!

Las esferas se dirigen a Rem.

Rem se da cuenta del ataque.

Ella toma del cuello a una mujer y se protege con ella. La está usando como escudo.

Las esferas están a punto de impactar contra la mujer, pero se desvían y se alejan de ella.

—¿Eh?- Dice Rem confundida.

Las esferas comienzan a impactar en su espalda y explotan fuertemente.

Rem suelta a la mujer y ella se aleja rápidamente de Rem.

—¡¡Maldita!!

Rem es rodeada por fuego azul y viento… Está creciendo... Está usando el mismo hechizo que usó con Diego.

Los habitantes se alejan de ella rápidamente.

—Sandra, ¿tienes un plan?- Dice Rei.

—Sí…

Me imagina en su mente y sonríe.

—Tengo un plan.




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