Prólogo - Raven

Todo empezó por mi miedo a fallar.

Alguna vez fui reconocido ante todos como el Demonio más talentoso e inteligente. No había magia ni conocimiento que no lograra dominar. Fui reconocido como excepcional tanto en el Infierno como en el Cielo, inclusive, mi Señor me alabó.

Y ahora, estoy atrapado en el cadáver de un cuervo siendo incapaz de salvar a la única mujer que amo.

Oh, sé que merezco este dolor.

Por todos aquellos a quienes les fallé.

Por todos a los que traicioné.

Por cada corazón que hice sufrir.

Me merezco todo esto.

¡¡PERO BETH NO!!

Volando a toda prisa seguí a los guardias que se llevaban a Beth. Hoy ella podría morir si no hago algo para detenerlo. ¡¿Pero qué puedo hacer?!

Beth tiene que cambiar su deseo, esa es la única manera.

No te rindas, por favor. No te rindas, te lo ruego.

Algo impactó contra mi cuerpo y me tumbó contra la pared.

Mierda, un Mago Sagrado me ha atacado.

Mago Sagrado: -¡Cuervo! ¡Un Cuervo entró en los calabozos!

Pronto vendrá gente, no tengo tiempo. Debo seguir volando, no importa si los huesos de mi cuerpo están rotos. Después de todo, este cuerpo ya es un cadáver.

Esquivando los ataques de los Magos Sagrados busco la salida de estos calabozos. Por culpa del escándalo que se formó, me perdí entre los pasadizos hasta que encontré una ventana por la cual poder salir al exterior.

¡Que aún no sea demasiado tarde!

¡¡SEÑOR!! ¡¡SÁLVALA, TE LO RUEGO!!

Maldita sea, sé que no merezco pedirte nada.

Yo… Yo… ¡¡¡YO TE TRAICIONÉ!! ¡¡PERO NO ME LA QUITES, TE LO RUEGO!!

Cegado por mi propio orgullo y miedos, yo traicioné al Dios que confió en mí.

Yo le robé a Dios.

Raven: -¡¡¡BETH!!!

Sin dudarlo fui hacía ella.

Si tan solo cambias tu deseo, aún puedo salvarte, Beth.

Raven: -¡¡BETH!!! ¡¡CAMBIA TU DESEO!! ¡¡¡BETH!!!

De otra manera, aquí, hoy, moriremos los dos.