Capítulo 62 - Annabeth

La mañana había empezado diferente a lo usual, me enteré que Ran no iba a dar la primera misa del día.

Fue algo raro, siempre la da, me preocupé, así que salí a buscarle.

No creo que a la Diosa le importe si no recibo las bendiciones de la mañana. Aunque los presentes sí que lo notaran, porque yo siempre me siento en la primera fila. Además, hoy vino más gente de lo usual. Los rumores sobre la separación con la Iglesia Ortodoxa ya deben estar circulando.

Ahora que lo pienso, quizás fue una mala idea no asistir a la misa.

Si Ran y yo, las 2 personas más importantes de este Templo, no estamos presentes en nuestras rutinas, entonces las personas podrían asustarse. Lo menos que queremos ahora es causar confusión y temor entre los habitantes de Suré.

Oh… debí haberme quedado.

Ran: -¡No comprendes mis sentimientos!

Ese fue Ran.

Vino de su habitación, ¿qué hago?

Para cuando reaccioné, ya estaba parada frente a su puerta entreabierta.

Ran: -¡Ni siquiera me has dicho quién es mi madre!

Lirio: -Es una Mortal, siempre te lo he dicho.

Ran: -¡No la conozco!

Lirio: -Solo te dio el recipiente de carne, ¿por qué habría de conocerla?

Ran: -¡Eso! ¡Justo eso! ¡Para ti las Mortales solo son carne o fertilizantes!

Lirio: -Son fertilizante, eso es obvio, retoño. Algún día lo entenderás.

Lirio… estás “metiendo la pata” de lleno.

Ran: -¡Quizás no quiero entender! A mí sí me gusta mi lado Mortal. ¡Me gusta mi vida!

Lirio: -Eso es maravilloso, retoño. Toda vida es valiosa. Aún si es corta.

Ran: -¡Exacto! ¡Toda vida es valiosa! ¡Incluso la de mi madre!

Lirio: -Ya comprendo que sucede, la parte mortal de tu Madre es mayor de lo que pensé y eso te hecho tan inestable. Perdona, retoño, papá se equivocó al crearte.

Hay grietas que se abren con palabras, Lirio… hoy ha abierto una.

Lirio: -Ahora lo recuerdo. Aquella mujer se quejó mucho. Me duele~ repetía y repetía. Sí~ Debí tomar demasiada de su Energía Vital. Y es por eso que eres así, retoño. Tienes un lado Mortal más intenso de lo que es necesario.

El sonido de una cachetada me hizo apretar aún más los puños.

Ran: -¡Te odio!

Lirio: -Esa pasión roja en tus manos… ¡Eres sin duda hijo mío! ¡Ven aquí, retoño~! ¡Rojo! ¡Lo sabía! ¡Mi ardiente pasión y la obstinación de esa mujer dieron un magnifico retoño! Sabía que fue una digna elección. Mírate, eres perfecto~.

Sé que soy una cobarde que vive dudando de cada paso que da.

Pero también soy muy impulsiva cuando la situación se sale de mi control.

Y hoy, he vuelto a explotar al escuchar el llanto de Ran.

Con un fuerte vendaval abrí la puerta y mandé a volar a Lirio hasta tumbarlo en el piso. Cuando reaccioné lo tenía debajo de mí con su carita linda confundida.

Annabeth: -¡SI LO AMARAS NO DIRÍAS ESO! ¡PIENSA TUS PALABRAS ANTES DE DECIRLAS! ¡EL AMOR ES EMPATÍA! ¡PONTE EN SU LUGAR! ¡IDIOTA! ¡ÉL ES SOLO UN NIÑO QUE PREGUNTA POR SU MADRE! ¡Y TÚ LA DENIGRAS COMO FERTILIZANTE! ¡ESTÁS TAN CEGADO POR TU AMOR PROPIO QUE NO VES EL AMOR DE OTROS! ¡¿CREES QUE ESO ES LO QUE LA DIOSA SENTÍA AL CREARTE?!

Lirio: -No…

Annabeth: -¡DISCÚLPATE!

Antes que sea demasiado tarde.

Resoplando entro yo en razón.

Lo he agarrado tan fuerte de sus hombros que clave mis uñas en él, incluso está llorando.

¡DIOSA, LO SIENTO!

Lirio: -Ran… lo lamento. Yo… es que… Lo siento, Ran… Tienes razón… Así cómo yo no te entiendo, tú tampoco me entiendes… Dije palabras crueles, no las pensé… Yo… Antes todo era más fácil… Ahora todo es tan confuso… No puedo amarlos… lo intento, pero… tengo miedo. Miedo de encariñarme demasiado con ellos y que luego mueran. No quiero amarlos, por eso los denigro y trato mal…

Ran: -Padre… yo también voy a morir… ¿No me amas?...

Lirio: -¡No! ¡No es así! No, Ran. Oh, mi retoño. Tú no morirás. Bueno, sí. Una parte sí. Pero la otra no.

Ver a Lirio tan desesperado por tratar de consolar las lágrimas de Ran me calma el corazón.

Lirio: -Te amo, esa es una verdad absoluta. Amo a cada uno de mis hijos, mis retoños. Ustedes son parte de mí. Cada uno de ustedes… es un fragmento de mi corazón. Puede que nunca amara a vuestras madres, pero amo a cada uno de mis hijos.