Capítulo 48 - Annabeth

Leo:-¿Dónde acaba el Universo?¿Lo has pensado?

Annabeth: -A veces.

En noches tan claras como esta esos pensamientos me invaden. ¿Qué más hay allá en el cielo?

Leo: -¿Será infinito? O quizás estamos en las manos de un Dios. Annabeth, ¿Qué crees que es la Ciencia?

Annabeth: -Eso lo sabes mejor que yo.

Leo: -Pero quiero escucharlo de ti.

Annabeth: -Hm… Quizás…

Anoche tuve un sueño, de un futuro de hace mucho tiempo atrás, y aún no puedo evitar recordarlo. Fue un buen sueño.

Si cierro mis ojos empiezo a recordar ese sueño con mayor nitidez, pero no importa cuanto lo intente… el rostro de mi intelectual amigo ya está borroso en mis recuerdos. Sin embargo, todo lo que enseñó lo recuerdo perfectamente.

El conocimiento y el tiempo que compartimos vive en mí.

Lobel: -Beth, necesitas dormir. Anoche regresaste muy tarde al cuarto. Te esperé tanto, que creí que ya no vendrías a dormir. Estoy preocupado.

Annabeth: -Lobel… sonaste a una mujer casada.

Una mujer preocupada por su marido que no viene a dormir a casa, ¿quizás por una amante? No, yo soy un marido fiel, estuve trabajando hasta muy tarde.

Lobel: -¿Qué?

Annabeth: -Jajaja, luego te explico. Ayer me emocioné un poco con los artesanos.

Y quizás fue debido a ello que tuve ese nostálgico sueño.

Me estiro para despertarme, he estado medio dormida toda la mañana.

Lobel: -¿Las máquinas que tienen de emocionante? Esas cosas son nefastas…

Hm…

Annabeth: -¿Te refieres a que odias la contaminación que producen? Como los trenes.

Lobel: -¿Qué es un tren?

Annabeth: -Aún no existe, el tren es un medio de transporte que se mueve gracias a un motor que funciona con carbón. Tira mucho humo negro a su paso.

Lobel: -Qué asco. ¡Las máquinas Mortales son abominables! Mi viejo nos enseñó sobre todas las horribles cosas que causan a los mundos. Humos negros cubriendo el cielo, bosques arrasados, aguas negras y putrefactas como el Infierno, tierras muertas o explosiones que arrasan todo en una gran llamarada de fuego. ¡Las máquinas y la ciencia de los Mortales son lo peor que existe!

Ahora entiendo porque en mi reunión con los artesanos de ayer se veía tan pálido y asustado. Solo cuando le explique que la imprenta funciona manualmente se calmó y no me hizo más preguntas.

Annabeth: -Tienes razón, pero… ¿Dónde tu padre ha visto todo eso? ¿Dijiste “mundos”? Eso significa… que ¿hay otros mundos aparte de este?

Se pone a silbar mientras me desvía la mirada, que evidente eres, Lobel. Eres malo mintiendo o escondiendo tus errores.

Annabeth: -Viva la ignorancia.

Lobel: -Felicitaciones…

Annabeth: -¡Prefiero la ignorancia!

Suspiro pesadamente, acabo de descubrir algo que no deseaba saber.

Si la Creación está repleta de mundos, eso significa que el nivel de sufrimiento de los Espíritus es más grande de lo que puedo imaginar. La Creación no debería existir gracias a las vidas de otros.

Otro suspiro pesado se me escapa.

Las Felicitaciones de Lobel no se sienten para nada como una felicitación para celebrar. ¿Y por qué sería una “Felicitación” descubrir los secretos de la Creación? Si es una “Felicitación” es porque estoy haciendo bien, ¿no? Eso quiere decir… ¿Qué está bien que los Mortales descubramos los secretos de la Creación? Y… ¿por qué?

¡Basta! ¡Deja de pensar en eso, Annabeth! ¡Prefiero la ignorancia en esos temas!

Aunque… saber un poco no estaría mal.

Por ejemplo, lo que acaba de decir Lobel: La existencia de otros mundos.

Así que sí existen otros mundos en la Creación y algunos están muy avanzados tecnológicamente, pero eso no los hace necesariamente mejores. No creo que eso alegre mucho a la Diosa, después de todo, ella nos pide que cuidemos el mundo que nos da como hogar.

Annabeth: -Si… uniéramos la Magia y la Ciencia lograríamos crear inventos que no dañen la naturaleza. Aunque existen peligros de abusar con la Magia…Se podría destruir el mundo si no se tiene cuidado.

Lobel: -Felicitaciones.

¡¿Otra vez?! En verdad… estoy empezando a sentir miedo de esa palabra.

Annabeth: -Crow, consuélame.

Le doy un fuerte abrazo y en sus pequeños bracitos regordetes soy consolada, pero no dura mucho este tiempo de paz, el carruaje se ha detenido.