Capítulo 81 - Annabeth

Annabeth: -¡Bienvenidos al Templo Mayor de Suré!

Digo emocionada al ver que ya todos hemos llegado frente al Templo Mayor.

Annabeth: -No se preocupen por sus carretas, los Hermanos se encargarán de ubicarlas donde corresponden y alimentaran a los caballos. Ellos también necesitan descansar, al igual que ustedes. No esperemos más, entremos.

Parecen asustados, y ya sé por qué.

Annabeth: -Tranquilos, no tienen nada a lo que temer. La Diosa Vida ama a todos. Además, Suré no es solo una ciudadela. ¡Todo Suré es un Templo! Ahora mismo están pisando tierra sagrada.

Jajaja, a más de uno casi le da un ataque al corazón. Porque los maliciosos rumores dicen que las Brujas arden o son castigados por los Dioses cuando pisan las tierras sagradas de las iglesias.

Annabeth: -En el momento en que cruzaron las puertas, han también traspasado la Barrera Divina de la Diosa Vida, así que no teman y síganme. El Altar Mayor está justo frente a nosotros. Saludemos a la Diosa antes de comer.

Sassaba, Erina y Agnes van encabezando el grupo y son las primeras en seguirme.

Ran no demora en alcanzarme y caminar a mi lado.

Ran: -¿Quieres que me encargue de Crow?

Annabeth: -No, está bien. Este gordito no pesa mucho.

Ver a Rosa con Crow cuando llegué me sorprendió, supongo que Lobel debe estar ocupado con lo suyo. Es raro que Lobel encargue a otro el cuidado de Crow, ellos dos son inseparables.

Con emoción guio a todos a cruzar las enormes puertas de oro que siempre están abiertas para el público. Solo en situaciones urgentes o necesarias se cierran estas puertas doradas. Incluso en la noche las mantenemos abiertas, porque hay mucha gente que viene por una Bendición de agua bendita para limpiar sus pecados.

Ran: -Por cierto, ¿Dónde está… Olvídalo.

Lirio: -¡¡SEAN BIENVENIDOS A LA CASA DE MI MADRE!! ¡AVE!

Lirio está que resplandece como el sol. Hoy quiere mostrarnos toda su gloria y esplendor.

-¡Mis ojos!

Escuché a alguno quejarse, pero casi ni se escuchó esa queja porque la mayoría eran voces de emoción por ver un Espíritu de luz como Lirio. Y no es solo por Lirio por quién están tan maravillados, también se han quedado perplejos al ver la estatua de la Diosa Vida.

Lo mismo me ocurrió a mí, así que los comprendo.

Ahora mismo son como niñas y niños caminando sin mirar nada más que los ojos de su madre. Ella los está esperando con los brazos abiertos.

Lirio: -¡¡AVE!! ¡Sacras Almas que han sufrido la injusticia de la maldad, Madre os ha estado esperando para dar consuelo a sus penurias! ¡La gran Madre de Todo les da la bienvenida a su hogar terrenal! ¡Por el sacrificio que hicieron vuestra futura descendencia, un sacrificio debe ser recompensado! ¡SURÉ EXISTE GRACIAS A LAS BRUJAS Y BRUJOS Y AHORA SURÉ ES VUESTRO HOGAR! ¡UN HOGAR POR OTRO HOGAR! ¡ESAS FUERON LAS PALABRAS DE MADRE! ¡¡AVE!!

Muchos han caído llorando de rodillas al escucharle.

Estoy segura que muchos de ellos nunca han orado al igual que yo, pero hoy al fin lo están haciendo.

-Gracias… gracias.

-Gracias…Diosa.

Lirio: -¡Y EL SEÑOR HA HABLADO! ¡LOS DIOSES LO PIDIERON Y EL SEÑOR LO ORDENA! ¡POR SU SACRIFICIO AL SALVAR EL MUNDO Y A LAS BILLONES DE ALMAS INOCENTES QUE SE PERDIERON! ¡LOS DIOSES RECONOCEN A LA BRUJERÍA COMO LA MAGIA MÁS SAGRADA DE LA CREACIÓN! ¡DESDE EL DÍA DE HOY, TODO HUMANO QUE MATE UNA BRUJA SERÁ UN HEREJE! ¡PORQUE MATAR A UNA BRUJA SERÁ UN INSULTO A LOS DIOSES! ¡SOLO LAS BRUJAS, BRUJOS Y LOS DIOSES PUEDEN CASTIGAR LOS PECADOS DE LOS BRUJOS Y BRUJAS QUE PIERDAN EL CAMINO DEL BIEN! ¡¡ESA ES LA VOLUNTAD DE LOS DIOSES, QUE EL MUNDO LO SEPA!!

Esperanza.

Adonai… gracias.

Dioses, gracias.

La cacería interminable que parecía nunca acabar… hoy al fin ha terminado.

Gracias.

Annabeth: -Ran…

Ran: -Sí, ¡Sí! ¡Sí! ¡¡Rápido!!

Se apresura para ir corriendo al Taller de imprenta.

Debe hacer público esto lo más rápido que pueda.

Si no lo hace, cientos de personas podrían ser marcadas de Herejes.

Lirio: -¡¡¡ADDA!!! ¡GLORIA ERES TÚ, SEÑOR! ¡TU ORDEN ES LEY! QUE UNA NUEVA ERA EMPIECE.

Grita Lirio con total fervor, y pude escuchar la voz resonante de Lobel desde una esquina del salón.

El llanto de mis hermanos y hermanas resonaron por todo el altar mayor.

-Mamá, ¿qué está pasando?

-Papá, ¿por qué lloras?

Algunos niños aún no lo entienden.