Las cosas que dejé por ti: Capítulo 14

Aunque se fue a la cama temprano queriendo saltarse la cena, sólo logró dormir un par de horas debido a los rugidos de su propio estómago. El reloj de su celular marcaba casi la media noche cuando se levantó a la cocina deseando pasar desapercibida. Para su sorpresa Anne estaba sentada a la mesa de la cocina con la taza de lo que supuso era un capuccino, tan concertada mirando hacia la nada que siquiera fue capaz de notarla hasta que debió carraspear.

- Hotaru- suspiró sobresaltándose, su rostro lucía más cansado de lo habitual.

-…¿buenas…noches?

- no me digas que vienes a asaltar el refrigerador a estas horas- bromeó por lo que sólo atinó a sonreír, incómoda, y se acercó al lavaplatos llenando un vaso con agua.

- ¿No tienes que trabajar mañana?

- me duele un poco la cabeza- sonrió. Y supo que al igual que ella, su sonrisa era forzada, pero prefirió no entrometerse.

- me voy a la cama.

- …sí – suspiró pesadamente- debería hacer lo mismo- buenas noches.

Asegurándose de que aun estuviese en ayunas esa mañana se acercó sigilosa a Tomoki arrastrando su carro de exámenes.

- Lo siento- murmuró cuando iba por el segundo intento de pinchar sus venas, por suerte esta vez él no se quejó.

-…¿Estás bien?- musitó cuando terminaba de cargar los tubos con las muestras de sangre.

Y aunque intentó sonreír, sólo por el hecho de verlo, ya se estaba sintiendo incómoda. No alcanzó a responder cuando una de las paramédicos se acercó a su cama con un ramillete de flores.

-De parte de Seichiro Akagi.

-¿de papá?- se extrañó él- sabe que no me gustan las flores...

-…póngalas en un florero, por favor- ordenó Anne con una mueca que no alcanzó a ser una sonrisa.

Luego de mandar las muestras al laboratorio lo inspeccionó para asegurarse que todo estuviese en orden. Tomoki parecía pensativo.

-¿Te encuentras bien?- fue ella quien ahora preguntó.

-...si-tardó en responder-pero es extraño- murmuró mirando las flores.

Curiosa Anne las observó con detención, tenían además una pequeña tarjeta.

“Me disculpo por lo sucedido, no quise parecer apresurado, aun así espero que podamos seguir en contacto”  Seichiro Akagi.

 La quitó aliviada de que Tomoki no la hubiese visto, depositándola en el bolsillo de su uniforme para luego apretarla con fuerzas, quedándose en silencio, pensativa...

Otro de los pacientes exclamó pidiendo abrir una ventana, pero ella siguió inmóvil.

-¿Estás bien?- insistió Tomoki.

-¿ah?...sí, lo siento.

Habiendo terminado sus labores se dirigió a la estación de enfermería con una amarga sensación en el pecho, al parecer las cosas se les estaban saliendo un poco de control. 

Después de algún tiempo sin verse esa tarde durante el descanso se reunió con Umi en su jardín, aliviada que a diferencia de Keiji, en ningún momento le reclamara por ir con menos frecuencia a los entrenamientos.

- Está muy bello – sonrió su amiga bajando los peldaños– haz hecho un buen trabajo.

No se atrevió a confesar que todo lo bello de las hojas sólo se debía al efecto natural del otoño, ya que no había trabajo en él en semanas.

- esto me recuerda que mañana iré con Hero a un festival de celebración del otoño, es en el Parque Ueno, podrías acompañarnos.

-…creo que sólo estaría haciendo un mal trío- sonrió, sintiéndose avergonzar.

- probablemente Hero lleve algunos amigos.

Desvió la mirada, no estaba muy segura de querer interactuar con otras personas.

- me he sentido un poco cansada- se excusó- tal vez es producto del frío.

- eso es porque sólo comes verduras todo el tiempo- la sorprendió Umi- ¿no estás enferma, cierto?

De ser mejor en matemáticas hubiese calculado si en las últimas semanas había estado consumiendo menos de quinientas calorías diarias como Miu decía. Ya se había acostumbrado a no desayunar y cenar sólo cuando se encontraba con su madre, sus almuerzos consistían en verduras y latas de té helado, y continuaba con los ayunos de dieciséis horas, dos veces por semana, casi comenzaba a olvidar todo ese placer que le provocaba comer chocolate.

-…Estoy bien…

Tal vez Umi comenzaba a sospechar de su dieta, aunque por otro lado eso significaba que en realidad el esfuerzo sí se estaba haciendo notar. Si bien tenía la necesidad de examinar su figura en cada reflejo, no se había atrevido a subir a una balanza hace ya varias semanas.

Aun teniendo muchos deberes para el fin de semana, al finalizar la clase guardó sus cosas con sólo una idea en mente. Viendo pasar a Ryo a su lado, se puso también de pie y salió del salón.

Cuando de prisa casi llegaba a la salida del instituto un entusiasta Keiji logró alcanzarla.

- Mañana habrá un festival por la llegada del otoño- sonrió indicándole un pequeño folleto que ella observó con curiosidad- habrá fuegos artificiales, quisiera saber si estás disponible.

- Pudiste decírmelo por teléfono- exclamó de cierta forma fastidiada- ¿viniste hasta acá para eso?

- lo sé, pero quería verte- apoyó una mano sobre su cabeza. Sólo hasta ahora pudo bajar la guardia y dejarse conmover.

- …Claro…creo que…no tengo nada que hacer.

Keiji asintió animado, recordándole que podrían comprar mucha comida, ahora imaginándose el amenazante escenario asintió con un suspiro.

En casa Anne ya había salido hacia el trabajo y como haría un turno doble había dejado una cantidad exagerada de comida, de seguro queriendo complacerla, aún así, metió las cajas de bento en la nevera y soló bebió un vaso de agua como cena.

Se quitó la ropa y entró al baño. Había iniciado el verano pesando 52 kilos, la última vez había marcado 48. Con el corazón acelerado entrecerró los ojos y contuvo la respiración. Durante los primeros segundos el valor fue fluctuante, hasta detenerse finalmente en 45…Suspiró, al menos sí había bajado. Sin si quiera detenerse a pensar si era o no una actitud sana, el paso siguiente fue quedarse frente al espejo examinando las zonas de su cuerpo que seguían disgustándole.