Nada más de ti: Capítulo 3

- ¿Es necesario que vayas a trabajar?- berró Yuuri al verlo salir de la cama.

- intentaré terminar a tiempo.

- seguro si no vas habrá menos ventas- bufó.

Kouichi al menos se alivió al pensar que ya no tendría que ver a Sayaka.

- Piensa alguna forma en la que pueda recompensarte- musitó besando su frente. Yuuri sonrió complacida.

Se examinaba frente al espejo preguntándose si sus habilidades en la cocina serían de tanta utilidad como mencionaba su madre. Umi la animó aconsejando en que se informara bien antes de ir a la entrevista, la noche anterior se quedó leyendo respecto al lugar hasta muy tarde.

El correo mencionaba que debía presentarse la mañana del sábado para recibir la inducción. Así que levantándose temprano prefirió tomar el metro antes que Anne se ofreciera a llevarla. El sonido de una ambulancia le recordó que sólo se encontraba a un par de cuadras del hospital.

Sigilosa cruzó la puerta principal, el aroma dulce mezclado con toques de vainilla y canela golpeó su nariz casi causándole incomodidad, ahora preguntándose la razón por la cual su madre pensó que trabajar en un lugar de alimentos podría ser una buena idea, cuando ella, a los dulces y chocolate aun casi les temía. Los pasteles variados en formas y sabores descansaban en las vitrinas en perfeto orden, rodeando cada espacio vacío. Las paredes decoradas con cuadros de adorables dibujos de pasteles y la luz cálida le daban una imagen agradable. Obviando ahora el aroma dio el siguiente paso.

La encargada, una mujer de cabello claro, alta, de mediana edad, de apellido Yamazaki, ya la esperaba y le dio la bienvenida con una sonrisa para luego entregarle el uniforme, una falda rosa pastel, blusa blanca y un delantal con el logo de la panadería.

- Hacemos todo aquí mismo, por lo que nuestros productos son muy frescos- sonrió con evidente satisfacción- y también distribuimos a otros lugares- Caminaron hasta la zona de producción, donde otra chica se encontraba supervisando los hornos industriales- En este turno Mizuki está encargada de todas las preparaciones- la joven castaña, tal vez algunos años mayor que ella la saludó inclinando la cabeza- Una vez que salen del horno debes esperar a que se enfríen para empezar con la decoración- una segunda chica de cabello claro se encontraba preparando glaseados y al mismo tiempo decorando los panes y pasteles de acuerdo a ciertos patrones que estaban indicados en un afiche en la pared, se presentó como Megumi- una vez decorados debes esperar el secado, que tarda aproximadamente diez minutos, y puedes poner los productos en sus envoltorios, para llevarlos a la vitrina.

Intentaba memorizar cada paso, pero sobre eso la encargada continuaba hablando, así que sólo se limitó a asentir. En la zona de vitrinas también los productos estaban dispuestos de una forma muy específica. Nunca hubiese imaginado que todo debiese ser tan riguroso.

En la caja, un hombre de mediana edad la saludó con una ligera sonrisa, su distintivo también tenía el apellido Yamazaki, y se presentó como el administrador.

- Siempre hay dos personas en esta zona, para ayudar a los clientes, pero a veces toca hacer algún reparto, así que pueden necesitar tu apoyo.

- Kouichi ya viene-respondió él.

- Como vez, el lugar es pequeño, pero son varias tareas y debemos estar dispuestos a ayudar.

Apretó los labios, pensando que en realidad había mucho trabajo. En la oficina del administrador, aun con el corazón latiéndole fuerte, firmó un contrato por el mes de prueba y se fue al baño, para cambiarse.

La chica de la decoración, Megumi, con una actitud amistosa le ofreció una mascarilla y comenzó mostrándole algunas preparaciones y decoraciones básicas. Así que se esforzó en repetir sus indicaciones, por suerte tenía algo de experiencia. Dibujó en unos panes de chocolate la cara de un oso y en otros la silueta de un conejo. Estaba deseando hacer algunas preguntas, cuando una voz masculina la interrumpió a sus espaldas. La encargada se asomó en la cocina apresurándose en presentarla.

- Bienvenida- un chico, tal vez de su edad, le sonrió con unos expresivos ojos azul oscuro, aun sin quitarse la mascarilla que llevaba. Ella, un poco avergonzada, inclinó la cabeza con una sutil sonrisa. En su distintivo estaba escrito el apellido “Satoh”. Su cabello oscuro y la piel blanca contrastaban, y a pesar de casi no ver su rostro su imagen le resultó de alguna forma agradable- soy Kouichi- agregó con una voz peculiarmente familiar- puedes pedirme ayuda en lo que necesites.

Se sintió ruborizar.

- Hotaru estará encargada de la decoración y empaquetado en los días libres de Megumi, en reemplazo de Sayaka- intervino la Sra. Yamazaki.

Al finalizar su breve jornada de aprendizaje la encargada le entregó un encuadernado que suponían ser su manual de inicio, se despidió de todos con una reverencia, ahora al menos ya tenía una nueva actividad más en qué ocupar su mente.

- Ahora que Hotaru trabajará en ese lugar creo que no podremos dejar de comer pasteles- bromeó Tomoki esa tarde- eres muy afortunada.

- creo que esos pasteles se complementarán a la perfección con las bebidas de Starbucks- respondió Anne en el mismo tono.

- bueno, hablando de eso- sonrió él recogiendo su plato- ya debo irme.

Anne asintió y se quedaron en silencio hasta que Tomoki desapareció.

- Me sentiré un poco extraña ahora que todos están trabajando- murmuró pensativa.

- bueno, sólo estoy a prueba, tal vez ni siquiera pueda quedarme.

- no, no digas eso- sonrió- si de verdad logras sentirte cómoda creo que podrás aprender mucho.

La miró de reojos y suspiró, aun sin estar segura de ello.

Mayumi la felicitó un par de veces cuando comentó que se había decidido a buscar un trabajo, y también retomar sus actividades extracurriculares, además enterarse de antemano del alta de la Doctora Akagi, era demasiadas buenas noticias, por lo que no tuvo el valor de mencionar el asunto de Keiji entre sus inquietudes, tal vez ya podría hacerlo en la próxima, aunque ahora fuese con un mayor intervalo de tiempo.