Capitulo 79

—deja de gruñir —replico Claus en tono bajo mientras ambos están bajando de las escaleras, habían regresado a Grecia, al parecer él quería presentarle a una vieja conocida a Layla para que al menos tuviera una amiga.

Cosa que le extraño a Layla.

Está bajando con elegancia que puede gracias a los tacones altos, intentando mantenerse erguida sostenida del brazo de Claus y el barandal de las escaleras.

No esperaba conocer tan pronto a la familia del hombre, pero para su sorpresa solo había personas que no conocía.

La paseó por toda la estancia presentándole a personas de las que Layla apenas podía recordar sus rostros, todos hasta que llego a uno en particular, una cabellera rubia de ensueño que con solo verlo se notaba lo perfecto que lo tenía, la mujer al ver a Layla solo la escaneo con la mirada de pies a cabeza.

—γεια σου αγάπη μου!! —la mujer saludo con tanta alegría a Claus que Layla no se hubiera roto si no hubiera visto como Claus sonreía, el resto alrededor comenzaron a murmurar sin que nadie más que ella se diera cuenta.

—ella es Layla —La mujer con una sonrisa congelada en sus labios la saludo dándole un abrazo haciendo que Layla contuviera el aliento por la cantidad absurda de perfuma que tenía.

—eres hermosa!, sin duda Nikoalos sigue teniendo buena suerte —la mujer soltó una risa tan ligera que Layla solo asintió y mantenía su rostro feliz.

Según el mismo Don y Lewis tenía que verse real, la incomodidad tenía que desaparecer, como si ella no la hubiera visto antes.

—¡Gracias, me encanta tu cabello! —fue sincera la mujer la miro con cariño echándose el cabello hacia atrás y pudo escuchar como Claus respiraba lentamente, tensado en su lugar.

—tienes que contarme cómo fue que conociste a Nikoalos —Layla miro rápidamente a Claus y este parecía un poco avergonzado.

—oh bueno, me ayudo cuando recién llegue a Italia, fue muy amable al indicarme la salida —no iba a mentir fue el único que, aunque con su gran tamaño le guio hasta la salida.

—vaya, sigues siendo el mismo —paso una mano por el pecho de Claus sonriendo con coquetería.

—y… ¿tu desde cuando lo conoces? —pregunto con inocencia pestañeando varias veces sacando su lado más adorable.

—nos conocemos desde muy jóvenes —y de nuevo esas miradas de ambos como si estuvieran ocultando algo, pero Layla solo sonrió lo mejor que pudo.

Había aprendido bien de estar con Enzo, tenía tantas chicas a su alrededor que lo trataban igual que aprendió a camuflajear se cómo una admiradora más.

—¿estás bien con ello? —pregunto con ingenuidad mientras le tomaba de la mano.

—oh, claro que sí!, es que Claus no es muy dado a hablar sobre cosas del pasado —Layla le dio palmaditas al brazo que seguía sosteniendo.

—nunca preguntaste —un impulso interior quería golpearle detrás de la rodilla para poder golpearlo con ganas en la cara pero simplemente sonrio.

—no tenías cara de hablar —arrugo la nariz apretando la mejilla de Claus con cariño sorprendiendo al hombre un poco.

—lo siento. —se excusó en tono bajo soltándose del brazo de Layla y frotando sus manos en la espalda de ella.

—hacen tan linda pareja —Layla evito apretar la mandíbula.

La mujer perfecta como una Barbie, de ojos azules y figura delgada esta frente a ella haciendo un gran contraste con ese vestido largo blanco brillante.

—las dejare un momento —beso los cabellos de Layla y luego la mejilla de la otra mujer y se alejó rápido.

—es tan considerado —murmuro la mujer viendo la espalda de Claus alejarse.

—sí, todo un encanto —tomo una copa de vino del camarero que había aparecido a su lado y sin ánimos solo tomo un sorbo de la copa.

Las personas miraban a las mujeres quienes parecían más incomodas entre ellas cómo es posible.

Layla con un vestido largo de satén negro con una apertura en la pierna, el mismo collar que Claus tan amablemente había obtenido para ella de la pelea con Emilia y su cabello recogido, sostenido con una horquilla de plata con pequeños zafiros en él en forma de gotas de agua, heredado de Cecilia.