Capitulo 235

Lila acaba de enviar una imagen.

E: colirio para mis ojos

S: hey! Eso es mio!

Sarah envió un Sticker.

La foto en cuestión era de Stefan poniéndose la camisa del pijama, por la distancia de la cámara solo había una cómplice.

M: pero… pero señor!, todo eso se puede comer Sarah, pero no quiere

Sticker de risas de perro

D: y mi poderosísimo Mateo?

E: deberíamos cambiar el nombre por “Ensure Griego”

D: el tuyo no ha salido mas ¿Qué paso?

E: pésimo servicio

Ellie ha enviado Sticker

Lila: lo siento chicas, pero a veces siento que pueden sospechar

Lila: además no quiero que Claus se de cuenta

Lila: ¿Cómo le explico?

E: dile que es por caridad

M: estas contribuyendo con la sociedad(?)

S: serás una soldada caída con honores

D: amen

M: te rezaremos seguido para que nos cumplas el milagrito.

Lila: ha-ha, muy graciosas, estos días me he sentido fatal, los niños no me dejan sentirme tan bien.

S: cuanto lo siento, puedes contratarnos

D: si, seremos tus esclavas.

D: el dinero que les pagas a tus empleadas es mucho

Lila: eso se encarga Claus o Stefan, yo solo pido y me lo traen.

E: yo también quiero vivir ese sueño don pool.jpg

S: que felicidad, tu solo dejate consentir

Lila: eso hago

M: nada de remordimientos, es por ustedes cuatro.

Layla se sintió conmovida al punto de las lágrimas.

Lila: intentare preguntarle a Claus si pueden venir al menos unos días.

M: ahora soy yo la que me siento mal

M: necesito plata para no vivir de ti

D: yo si necesito vivir de Lilita

D: consígueme chamba

E: a mi limpiándole la espalda a Frey

Todas solo enviaron emojis de risa.

Layla recordó como Ellie intento acercarse al hombre para preguntarle cualquier cosa en inglés, Frey se mantuvo profesional incluso cuando la madre de Ellie en complicidad les hizo tomarse una foto juntos.

Frey parecía una estatua quieta e inexpresiva, luego de eso desapareció durante un rato alegando que estaba a cargo de la seguridad de la fiesta que no fue más que una celebración de cinco días, con algunos artistas que Layla jamás se imaginaria, incluso complacencias de los amigos de Claus para este haciéndole recordar sus momentos de universidad.

Había sido una locura y más aún cuando el mismísimo Benedict había aparecido al cuarto día de fiesta en la casa, fue ese día que intentando ponerse al día, supo que Claus le pago una gran cantidad solo para que ellos se encontraran en el centro comercial ese día, además de darle las condolencias por su difunto esposo y dejando que el hombre se tomara una foto con Davida quien al instante lo reconoció por las películas que su mamá le hacía ver.

—¿Cómo te sientes hoy amor? —Layla lo pensó un momento mientras su esposo dejaba un beso en su frente.

—pues tengo antojo así de un mango que no esté verde pero tampoco maduro marinado en vinagre, sal —Layla no podía seguir porque se le hacía agua la boca mientras su esposo la miraba como si le hubiera salido una tercera cabeza. —¿Qué? es muy saco comer una vez en la vida eso

—en tu caso no jovencita —Layla hizo puchero a punto de llorar.

—harás que tus hijos salgan con la boca abierta por negarles eso a su madre —Layla se froto la barriga apenas visible.

—entonces tendré que dejar esto en la nevera —Claus saco lo que tenía oculta detrás dejando ver un plato lleno de fresas con crema.

Su esposa se lo arrebato de las manos haciendo reír a Claus quien solo se rio mientras escuchaba el sonido de las notificaciones en su celular.

—tus amigas están más activas que nunca —Layla asintió sin poder evitar seguir comiendo las fresas, y solo las fresas, tenía antojo de algo acido.

Claus se quedó pensando en la solicitud de su esposa, sacando su celular dejando un mensaje a la doctora de su esposa sobre este antojo tan extraño.

La doctora solo le respondió que en cantidades pequeñas estaría bien.

—ya regreso amor, cualquier cosa que necesites escríbeme —Layla volvio a asentir y estando justo por preguntar algo, Claus le acerco de la mesa un vaso de agua.

—¿me lees la mente? —pregunto incrédula Layla mientras Claus se reia.

—eso quisieras mi vida —dejo un beso en la boca de su esposa y se marchó.

¿Dónde conseguiría mangos verdes? O en su defecto que estuvieran a punto de madurar.